sábado, 25 de diciembre de 2010

Ritual de simulación. Navidad dislocada

Si, el "ritual de simulación" puede ser uno de esos conceptos que por antipático fueron dejados de lado por la ciencias sociales en plena ebullición de las corrientes postmodernas, pero lo cierto es que uno no puede dejar de acordarse de ellos ante ciertas circunstancias.

Era noche de San Juan, Carnaval, día de los pueblos originarios, año nuevo mapuche como quiera que las denominaciones nos lleven, ellas (las denominaciones) se concentraban esa noche en la presentación de conjuntos musicales y carnavales callejeros en un conocida población de Santiago de Chile, paradójicamente llamada Los Copihues. El frío era más despiadado que de costumbre, sin embargo, había buen ambiente, con comparsas y grupos musicales compuestos por jóvenes de diversa procedencia, entre los cuales destacaban músicos, amantes de la naturaleza y los pueblos originarios, hijos de familias acomodadas, algún francés y/o alemán que compartía esas aficiones junto con un interés por la resistencia alterglobal, miembros de movimientos sociales.

Todos confluyendo en una celebración que por momentos recordaba las viejas protestas contra la dictadura en los 80 con antorchas y participación de la gente de "la pobla", con cantos reivindicativos y de denuncia de algunas injusticias actuales; en otros momentos el carnaval era simple despliegue de música y danza, por momentos todo era muy profesional, por momentos todo era una juerga.
Acercándome a las personas que me habían invitado logré captar de alguna forma, que lo que ocurría ahí era algo más que una presentación artística o musical, era algo más que la representación del mundo étnico a través de bailes y sones autóctonos, era más bien el interés generacional de ciertos jóvenes (educados en buenos colegios, de pago) que logran definir una representación política sin caer en los caminos ya usados por este tipo de representaciones sociales.

A medias entre un movimiento social, un acto de protesta, un carnaval, las categorías a través de las cuales se definía un nosotros eran todas sensibles a la política de nuestra época: ambientalismo, feminismo, etnicidad, resistencia al capitalismo etc. De ello surgía, como es de preveer, cierta lucha entre los convencidos de la realidad de las categorías y los que la utilizaban como un medio para las representaciones (más lúdicos), entre los reconocidos por saber tocar la zampoña (hombres todos), los reconocidos por los propios mapuches por tocar bien la pifilca y un conjunto de "aprendices de brujos" que circulaban en torno a ellos en labores aparentemente menores.
Todo se coludía para pensar como si fueran las representaciones tradicionales, pero claro la "simulación" es lo que permite, el juego de lo real a través de las categorías: "Ahora se vienen a hacer los andinos estos...si en otros carnavales eran mapuches" me comentaba uno de los seguidores de la larga caravana. El ritual operaba en todas sus dimensiones, neófitos asustados y con nervios en la trastienda del evento, vestimentas cuidadas y ensayos varios, preparación física para aguantar la dura jornada, disposición concéntrica de los actores yendo de menor importancia (fuera) a mayor importancia (dentro).

La simulación estaba servida a la orden de las disputas de las categorías que permitían la representación. Finalmente todo acabó con la ingesta de alimentos, vino y mucha música, no faltó ni siquiera el actor que emborrachado en el suelo pedía atención de su amor eterno... pero hasta eso era parte de la performance cuequera cuidadosamente simulada.

sábado, 2 de mayo de 2009

Las imposturas de porky flu

Son las 8:30 de la mañana, tomo un café rápido en casa y salgo a la brisa seca y solo húmeda por los regadores de los jardines. Poco a poco voy sintiendo el frío matinal de San Diego. Camino a la universidad, en un autobús de esos que llevan solo estudiantes y que es conducido por el rokero de turno, me comienza a dar el sol en mi cara.

Estornudo tras estornudo mi cuerpo se va dando cuenta que ya no está en la cama, de pronto mi compañero de asiento se levanta y camina hacia el fondo del bus, cosa extraña ya que va lleno y no hay más asientos, cosa más extraña no veo a nadie que se siente a mi lado. Algunas caras enmascaradas que solo tras bajarme del bus y ya resguardado del sol dan la clave a mi conciencia,

Sí, es la flu de Porky, el virus del momento que recorre todos los noticiarios más rápido que los virus informáticos, ¿cómo no haberme dado cuanta antes?, más aun cómo no saber todas sus características y haber entendido que los jabones en seco que ponen en los supermercados y centros públicos no son por una buena atención al cliente.

Lo que desconcierta de todo esto es el espacio mediático de convivencia del virus que opera en el día a día y no sólo en las cosas simples, sino que también en aquellas que según un antiguo sociólogo (Manheim) se podría denominar de ideología. El virus en este sentido también es social, vaya a continuación un compilado de tesis conspiranoikas que a través de diferentes canales me han ido llegando desde distintas partes del mundo, de personas adultas y educadas, amigos en cualquier caso que plantean las causas y/o posibles consecuencias de nuestro inquilino socio-mediático:

1) Esta va de farmacéuticas. Los únicos antivirales están patentados por un laboratorio llamado algo así como “Brocha”, a quienes les conviene y son directamente responsables de brote del virus. -Se les vio pasearse con un cerdo bajo el brazo en varios aeropuertos-.

2) Donald Rumsfeld, ex secretario de defensa de Bush, era director de aquella farmacéutica hace 20 años, y ahora está asesorando a ciertos sectores políticos en México ya que se acercan elecciones. -La relación entre uno y otro no es evidente pero los datos fueron extraídos de una supuesta división llamada Servicio de Inteligencia de Epidemias de las OMS-

3) Segundo autoatentado, dirigido a los mexicanos de Estados Unidos

4) Habría un grupo de judíos sionistas que temen el avance del cristianismo en Estados Unidos. Por ello activaron el plan B, -una especie de Golem porcino culpable del terrorismo virulento contra el cristianismo mexicano-

5) Esto serían un plan del gobierno y mentes pensantes asesoras de Obama para poner a prueba y ver la reacción en masa los Estados Unidos. -Lo que pasa es que se les fue un poco de las manos a los muchachos-

6) Había que ser vegetariano desde hace años, este es el fin del mundo. La culpa la tienen los sistemas de cría animal industrial de las transnacionales. -En el fondo la culpa no la tiene el cerdo sino quien le da de comer…-

Será como dice un cantautor medio gamberro "este virus que no muere ni nos mata".

Opciones de Juego - Elija equipo - Características

Hace un tiempo conocí a un ingeniero informático indio y a su familia, una de esas compuestas por él, «de allí», inmigrante de segunda generación, con ella «de aquí», inmigrando por lugares predilectos del primer mundo. Debido a sus trabajos el recorrido les había llevado por Londres, Filadelfia, Berlín, para llegar a un pequeño lugar costero de esos de mucho sol y donde, aparentemente, no ocurre nada.

¿Te gusta el fútbol? —fue mi pregunta de pequeño sudaca— Si, un poco, algunos equipos, pero lo sigo poco».

Días antes me había encontrado con una noticia que ya es casi común para quienes siguen este deporte, acusaciones y sospechas sobre arreglo de partidos. Todo sería cuento viejo y encajaría con las más canónicas teorías conspiranoicas y también las de más baja categoría (véase el caso del último partido de eliminatorias mundialistas entre Chile y Uruguay, cuyos personajes principales son un arbitro y una prostituta) si no fuese porque la intervención interesada, externa al juego, tiene algo que ver con los sistemas de apuesta por Internet.

Lejos de apuntar contra los vicios en la red, lo que me llamó la atención fue la vehiculación de la conocida obsesión futbolera (me reconozco) a través de un medio que lejos de enfriarla parece que la potencia.

La obsesión del “yo” desatada, que según Zizeck extrema sus capacidades en la red, antaño era por un equipo, un campeonato, incluso por una nación representada en el espectáculo romboide centrado en una esfera llena de aire. Del ejercicio de simulación que cuando niños comenzaba en las calles pidiéndose el nombre del jugador de moda, hemos pasado a la idolatría del jugador que se desenvuelve en el videojuego… ¿y por qué no apostar, de acuerdo a ciertas características del ídolo, un equipo o un director técnico vía portales de juego on line?. La obsesión del “yo” queriéndose parecer al ídolo en el golpe del balón y en la forma de celebrar los goles se ha licuado hacia los espacios de la información, hasta el punto que pareciera que el control de la in-formación da forma al juego.

…Sí, hace tiempo que vendí una idea de sistema de apuestas por Internet para fútbol, a un inversionista inglés, y después de 6 meses lo he terminado, ahora descansaré un tiempo….

Me pareció curioso que esa figura de profesional idílico, del trabajo post-fordista, bajo un sol que se aquieta por la brisa marina y sólo interferido por la pérdida del «tete de la niña», logre en su arquitectura informacional dar paso a tanta obsesión. El mismo sujeto pasaba meses sin aparecer por estar desarrollando un “sistema”, ¡ojo! que no es el de MacLuhan o el de Marcuse, sino uno de menor intensidad y menos perfilado, el que se concibe para realizar otra tarea.

Las apuestas tienen como objetivo el dinero, y el juego uno lo puede concebir como más o menos azaroso. Sin embargo, viendo, algunas noticias sobre escándalos de deportes y apuestas por Internet, pareciera como si, a través de una conjunción de obsesiones marcadas por el control y la dirección de la información ­—las del ingeniero, las mías, las del apostador, las del inversionista, la de los profesionales del deporte— diéramos paso a la histerización del juego (me he visto mirando los resultados de la liga en un portal de apuestas). No es sólo que alguien se beneficie saltándose las reglas, es que también los jugadores y los técnicos juegan a la Play en las concentraciones.